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lunes, 17 de enero de 2011

La batalla ritual del Chiaraje



El mundo andino, un espacio místico y lleno de tradiciones tan antiguas como inusuales, desde siempre ha sido considerado como un reducto de costumbres caracterizadas por la lucha del hombre por conquistar los favores de la tierra o Pachamama, mediante ceremonias que van desde un simple pero simbólico pago a la tierra hasta encarnizados enfrentamientos cuerpo a cuerpo, en los cuales, si llega a fallecer algún participante se considera esto como "benigno" para las cosechas y por consiguiente se celebra con júbilo y algarabía.

Chiaraje es el nombre de una extensa pampa que separa los territorios de las comunidades de Checca, Qqehue y Langui, en Canas a 4,500 msnm. Allí, cada 20 de enero, no se sabe bien desde cuándo, se desarrolla un evento de profundo dramatismo: la Fiesta del Chiaraje, un combate ritual en que los bandos en pugna, integrados por los jóvenes comuneros de las comunidades mencionadas, se trenzan en una espectacular lid de artillería pétrea en pos del dominio del lugar.

Dios mediante, habrá de haber contusos, heridos, y quién sabe, un muerto. Todo esto en un tributo a la excelsa Pachamama.

Antes del enfrentamiento, en la inusual feria instalada a un lado del campo de batalla, los alimentos, el alcohol y la coca se entrelazan progresivamente en medio de un mar humano, y bajo los sonidos de los pinkullus, charangos, guitarras y cánticos de los participantes. Huaracas, hondas y tuercas amarradas con sogas, son las armas que se pueden ver atadas a las cinturas de los hombres que van formando sus cofradías antes de la pelea, el ambiente se va calentando.

Aproximadamente a las once de la mañana empieza la primera parte de la batalla, un primer asalto en el que los líderes de ambos bandos bajan a caballo desde los cerros, tratando de acercarse al centro de la pampa Chiaraje.

Una danza que podríamos calificar como de provocación hace que cientos de participantes de ambos bandos vayan acercándose a pie a la pelea. Pero son los más jóvenes los que rompen la tensa calma, iniciando un rápido avance sin respetar ritual ni tradición alguno y lanzando las primeras piedras. En menos de cinco minutos las piedras de diversos tamaños surcan el espacio generando los primeros heridos.

Luego de dos horas la batalla se paraliza y ambos bandos se retiran a sus respectivas carpas, donde los heridos son atendidos por sus mujeres y los que no se han visto afectados empiezan a darle con fuerza a la música,el baile y la coca. En este momento los participantes descansan, pero aún tienen fuerzas para insultar a los rivales.

A las tres de la tarde empieza la segunda y última batalla, ahora se ve desorden y atrevimiento en ambas partes. Dicen que el alcohol es el causante de que esta segunda batalla sea más sangrienta, más brutal.

Todo termina al caer la noche, esta trae consigo la calma y reposo, los perdedores se retiran tristes pero satisfechos de haber cumplido su cometido y los ganadores se van airosos, muchos de ellos contusos, pero vencedores al fin, tototal, al llegar a casa contarán con regocijo que les depara el haber resultado vencedores en una de las batallas más originales y románticas del mundo, la inmemorial batalla del Chiaraje.

(FUENTE: correoperu.pe)

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